Análisis electoral: perspectivas para octubre

La contienda la ganará quien logre construir en la sociedad una solución más rápida, respondiendo al enojo y prometiendo cambios rotundos en la vida de las personas. Quien logre generar esa imagen en el 8% que todavía no ha decidido su voto será quien ingrese al balotaje.

Por Lautaro Saavedra

Asesor Financiero & Politico. Fundador de Eles Invest. Trader de Opciones, Acciones y Crypto.

 

Argentina se debate en un abismo en octubre, que como ya vimos en las elecciones PASO, solo Dios sabe lo que puede suceder. Es menester entender las demandas sociales para comprender cómo se comportará el electorado y entender cómo debemos actuar como empresa. Los números han demostrado que hubo cerca de un 15% de error en los números que sacó el candidato a presidente, Javier Milei. A dos meses de la primera vuelta electoral, el promedio de encuestas marca un 34% para Milei, 24.9% para Patricia Bullrich y 29.2% para Sergio Massa. Lo importante de esto es que hay un 9% de encuestados que no han decidido su voto, justo lo necesario para que cualquiera sea el destinatario, ingrese a segunda vuelta o gane la elección en la primera vuelta. 

 

Para entender la opinión pública, debemos saber cuál es el tema que está en la mente de la gente, en este caso es el enojo, cansancio y hartazgo. Esto se concentra en la mente, la psiquis y el pensamiento colectivo social. Pero la batalla electoral se juega en escenarios incrustados en los temas. El escenario que ha elegido Milei es la economía, Patricia Bullrich el orden y seguridad, y Sergio Massa en crítica a la herencia macrista. La resolución de la elección dependerá de los medios de comunicación y del nivel de ruido que tengan las audiencias de los candidatos. Sergio Massa se escudará en la estructura de partido del peronismo, pero Patricia Bullrich y Milei preparan una batalla de comunicación que tendrá que pasar de lo económico hasta la seguridad. Los medios de comunicación marcarán el camino para el desarrollo, pero tendrán que tener un fuerte cruce con la realidad para que la gente pueda percibir de manera correcta los escenarios. 

 

La contienda electoral se marcará por dos puntos en la gente, lo económico y la seguridad, estos serán los temas de la gente. Ambos representan una emoción negativa como respuesta a esos temas. Massa se posicionará en recursos y buscará el voto de quienes quieren continuidad del statu quo, quienes son conformistas con la situación actual, un voto de centro, moderado y resignado. El sector de Patricia Bullrich buscará al votante de centro (conquistando a los larretistas con un plan sólido y consistente para generar un gran impacto en la gestión y liderazgo político), el votante atemorizado (aquellos que votaron a Milei en las PASO pero que no quieren un "volar todo de un día para otro") y el votante de seguridad (aquel que valora la seguridad por encima de la situación económica; este tipo de votante se encuentra dentro de los emprendedores, empresarios y mandos medios y altos de empresas consolidadas, incluidos los afectados por los saqueos pero politizados).

 

Javier Milei intentará consolidar su postura con la economía y llevará la batalla a ese terreno, generando un descrédito hacia su competidora Bullrich por no tener un plan fácil de comunicar. El economista estará en la brecha entre su radicalización y la búsqueda de un pequeño giro hacia la moderación para atraer al bullrichismo más radicalizado. El voto blando de Milei está presente en lo más radical de Bullrich, porque quienes votan a JxC jamás votarían a Massa. El voto duro de Milei es el votante más radicalizado de Massa, un peronista y kirchnerista jamás votaría a JxC. Estamos en la puerta de una batalla de fanatismo donde prima un sentimiento de cansancio, hartazgo y cambio. El tercero en discordia se convierte en el gran jugador al aglutinar el voto duro y blando de ambos competidores.

 

Efectos según el resultado electoral

En este contexto, la economía real reaccionará de manera alterna con la financiera. En la calle tendremos vacíos de oferta, baja demanda de elementos de lujo y ocio, pero tendremos una gran corrida los días previos de precios por almacenamiento de la gente. Ese será el mismo tiempo donde el tipo de cambio libre tenderá a subir más de lo normal en Argentina. Habrá demanda de cobertura los días previos y una subida del tipo de cambio, con una subida de la inflación debido al exceso de demanda y a los vacíos de oferta de los insumos de necesidades básicas. Es posible que los primeros días del año entrante tengamos una inflación recalentada por el famoso "pass-through".

 

Escenarios según el ganador

Si gana Massa: el dólar se mantendrá ligeramente quieto hasta que impacte la demanda de exceso de pesos en la compra del dólar libre, con una leve caída del tipo de cambio y una inflación frenada mediante medidas restrictivas de la Secretaría de Comercio. En este caso, el sector de empresarios que tiene operaciones en la economía real podría verse afectado, y podríamos ver retiros de empresas debido a un ecosistema igual al actual para las empresas.

 

Si gana Milei: tendremos una escalada del dólar posterior debido a la cobertura de empresas y minoristas que necesitan dolarizar las posiciones por expectativas de dolarización inminente. Los precios tenderán a tener una mayor aceleración y distorsión debido al desconocimiento de la nueva realidad. Tendremos una sociedad confundida por no saber cómo actuar, y por lo tanto, la aceleración será muy volátil hasta alcanzar la estabilidad con la dolarización en el horizonte. Las empresas en este caso tenderán a pagar por mirar, y los capitales extranjeros no entrarán hasta que Argentina sufra una inflación natural en dólares para equiparar los sueldos y el nivel general de precios.

 

Si gana Bullrich: El bimonetarismo y la independencia del Banco Central generarán una estabilidad en el tipo de cambio, pero un drenaje inflacionario debido al impacto retardado. Al tener un sistema que permite el statu quo más un drenaje futuro y no un salto de fe, estabilizará las expectativas, pero deberá aplicar medidas matemáticamente exactas para no prolongar la agonía y cauterizar verdaderamente la herida. Será de vital importancia la política fiscal y el gasto público que se aplique, porque el primer golpe lo aguanta con el statu quo, pero luego deberá aplicar medidas para aliviar a las empresas y generar un mejor producto. Las empresas estarán expectantes, y las nuevas inversiones tendrán que esperar a la nueva realidad. El tipo de cambio estará marcado por el discurso del ministro de Economía y la presidente; su estabilidad será la estabilidad y concreción del mismo. Si hay baches, la sociedad y el sector de la economía real buscarán fuerte cobertura ante cualquier caso.

 

En resumen: Gane quien gane, tendremos un salto devaluatorio días antes o el día siguiente de las elecciones. Todo dependerá de la posibilidad de ingresar o no al balotaje por parte de Sergio Massa. Hay que tener en cuenta que, si ingresa al balotaje y no efectúa devaluación, habrá una brecha entre el dólar Oficial y el dólar Libre muy alta que producirá mucho arbitraje e impacto en la demanda, impulsado por la velocidad de los pesos. El salto devaluatorio nos mostrará si está quemando las naves o preparando su presidencia.
 

 

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