Receta de Baklava: un dulce turco fácil y delicioso que conquista paladares.
La baklava, famosa por sus capas de masa filo y pistachos, es un postre de fácil preparación. Su historia se remonta al Imperio Otomano, donde se convirtió en símbolo de refinamiento. Descubrí cómo hacerlo en casa en sencillos pasos.
Por redacción
La baklava, uno de los postres más emblemáticos de la repostería turca, se caracteriza por sus finas capas de masa filo rellenas de pistachos y un baño de almíbar. Su origen es un asunto de discusión, aunque se sugiere que la receta tal como la conocemos hoy nació durante el Imperio Otomano. A pesar de parecer una delicia complicada, su preparación en casa es más sencilla de lo que se piensa, ya que utiliza ingredientes accesibles.
El debate sobre los orígenes de la baklava abarca diversas culturas de Oriente Medio, los Balcanes y Asia Central. Aunque la versión moderna se asocia a su desarrollo en la época otomana, existe evidencia de dulces con características similares en la antigua Mesopotamia y Persia. Textos antiguos hacen referencia a preparaciones de pan plano con miel y frutos secos que pudieron haber influido en el desarrollo de esta famosa receta. No obstante, fue en los palacios otomanos donde la baklava adquirió su forma definitiva gracias a la inclusión de la masa filo y la innovación en el horneado en capas. Posteriormente, los mercaderes griegos llevaron este delicioso postre a Atenas.
Durante la cúspide del Imperio Otomano, la baklava se consolidó como un símbolo de exquisitez culinaria, especialmente dentro de la cocina imperial del Palacio de Topkapi, en Estambul. Resulta interesante notar que, como parte de una ceremonia oficial durante el Ramadán, los jenízaros recibían bandejas de baklava, reflejando así su relevancia en la cultura turca.
Receta paso a paso:
Para preparar este postre, es crucial seguir cada paso con atención. El primer paso es hacer manteca clarificada. Para ello, calentá 175 gramos de manteca en una cacerola, sin que supere los 130°C, y desespumar la superficie hasta que quede limpia. Luego, es necesario filtrar la manteca con un colador y un paño limpio.
Una vez lista la manteca, engrasar un molde cuadrado o rectangular de aproximadamente 22 centímetros. Montar la baklava usando 15 láminas de masa filo, untando cada una con la manteca clarificada antes de añadir la siguiente. Cuando la base esté cubierta, distribuir 250 gramos de pistachos por encima y cubrir con las 15 láminas restantes, asegurándote de untar ambas caras. Recordá presionar los bordes hacia adentro una vez armada la baklava.
El siguiente paso es cortar la baklava en forma de rombo con un cuchillo afilado, llegando hasta la base. Precalentar a 180°C y hornear durante 40 minutos, hasta que tome un tono dorado. Mientras tanto, prepará el almíbar calentando agua, azúcar y jugo de limón a fuego suave durante 20 minutos sin remover. Al sacar la baklava del horno, vertir el almíbar uniformemente sobre ella y dejar enfriar por 15 minutos antes de servir.
Este delicioso postre es altamente energético debido a su contenido de azúcar, manteca y frutos secos. Una porción de 100 gramos aporta alrededor de 430 calorías, combinando grasas, carbohidratos y proteínas, esenciales para disfrutar con moderación. Tradicionalmente, la baklava acompaña un té turco, llamado çay, que contrarresta su dulzura. También es común disfrutarla con café turco, cuya fortaleza complementa su textura. Para quienes prefieren bebidas sin cafeína, una infusión de menta o un vaso de leche fría son alternativas ideales.
Finalmente, la baklava se puede conservar a temperatura ambiente durante aproximadamente una semana en un recipiente hermético, aunque su textura podría cambiar si se consume más tarde, ya que se recomienda refrigerarla.