El CEO de JP Morgan no está seguro de que Estados Unidos pueda evitar una recesión

JP Morgan estimó este año una probabilidad del 40% de recesión, con la expectativa de que el crecimiento siga débil pero no necesariamente en contracción.

Por Gonzalo Andrés Castillo

Redactor especialista en finanzas y mercado de capitales

Hace 1 hora

Jamie Dimon, director ejecutivo de JP Morgan, volvió a mostrar cautela sobre el rumbo de la economía estadounidense. Aunque el producto bruto interno creció un 3,8% anualizado en el segundo trimestre de 2025, el veterano banquero no descarta la posibilidad de una recesión el próximo año, señalando que factores como los aranceles, la geopolítica, la evolución del mercado laboral y los verdaderos efectos de la inteligencia artificial aún generan incertidumbre.

 

En una entrevista con Bloomberg, el alto ejecutivo de Wall Street admitió que la economía podría entrar en recesión en 2026, aunque aclaró que no lo ve como un motivo de alarma: "La afrontaremos, atenderemos a nuestros clientes y la superaremos. Muchos de nosotros ya pasamos por situaciones similares".

 

La posición prudente de Dimon contrasta con algunos indicadores que muestran estabilidad. El llamado “indicador de la Regla Sahm”, que marca el inicio de recesiones al detectar aumentos significativos en el desempleo, se mantiene en un cómodo 0,13%, reflejo de un mercado laboral relativamente estable. Además, JP Morgan estimó este año una probabilidad del 40% de recesión, con la expectativa de que el crecimiento siga débil pero no necesariamente en contracción.

 

Pese a sus advertencias, Dimon también destacó algunos factores positivos, como el impacto favorable de la desregulación y ciertos estímulos fiscales, aunque reconoció que estas políticas también podrían avivar la inflación.

Un tema en el que fue tajante es el cierre parcial del gobierno federal en Washington. Para Dimon, los bloqueos políticos en torno a la financiación “son una mala idea, sin importar quién los impulse”. Recordó que cierres anteriores, incluso el de 35 días, no tuvieron un efecto profundo en la economía, pero subrayó que generan incertidumbre innecesaria y dificultan la labor de la Reserva Federal, que debe decidir sobre tasas sin contar con datos actualizados.

 

Con su habitual tono de prudencia, Dimon insiste en no dar por sentado ni un escenario optimista ni uno pesimista. Su mensaje a los mercados: prepararse para distintos desenlaces, porque la economía global sigue enfrentando demasiados frentes abiertos.

 

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