Trump pide a ganaderos bajar precios para beneficiar a consumidores en EEUU
El presidente de Estados Unidos afirmó que los aranceles protegen a los ganaderos, pero insistió en que deben reducir sus precios para estimular el consumo interno de carne de vacuno.
El pasado 22 de octubre, el presidente norteamericano, Donald Trump, expresó su opinión sobre el mercado de la carne de vacuno en Estados Unidos, señalando que los ganaderos se están beneficiando de los aranceles impuestos a las importaciones, pero que deben ajustar sus precios para favorecer a los consumidores nacionales. Trump recordó que los aranceles, entre ellos un 50% aplicado al ganado brasileño, han contribuido a que los productores estadounidenses obtengan mejores ingresos después de décadas de dificultades. Sin embargo, destacó la importancia de que los precios bajen para incentivar la compra doméstica: “También tienen que bajar sus precios, porque el consumidor es un factor muy importante en mi pensamiento, también!”, afirmó en una publicación en su red social Truth Social.
Esta declaración surge en un contexto donde el Gobierno estadounidense evalúa la posibilidad de importar carne vacuna desde Argentina, con el objetivo de frenar los precios récord que enfrentan los consumidores. Esta propuesta generó malestar entre los ganaderos locales, quienes ya han sufrido impactos negativos en sus ventas, como la pérdida de mercados de soja frente a Argentina en China.
El aumento en los costos y la baja disponibilidad de ganado se atribuyen a una sequía prolongada que afectó las tierras de pastoreo y elevó los gastos en alimentación, lo que llevó a una reducción en los rebaños. Frente a esta situación, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha instado a los ganaderos a incrementar la producción de ganado.
En este marco, la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, anunció que presentaría un plan para “restaurar y revitalizar el rebaño de vacuno en Estados Unidos”, buscando revertir las pérdidas y estabilizar el mercado. Analistas advierten que la presión para reducir precios podría afectar la rentabilidad del sector, mientras que consumidores esperan alivio en sus bolsillos ante la inflación. El Gobierno mantiene el equilibrio entre apoyo a productores y protección al consumidor.