Buenos precios, ¿alcanzan para que la ganadería despegue?

Las exportaciones de carne vacuna entre enero y septiembre totalizaron 572.000 toneladas por USD 2.826 millones: menos volumen pero mayor valor, impulsado por una mejora del 32% en precios promedio.

Por redacción

Hace 1 hora

La ganadería argentina atraviesa desde hace más de una década un estancamiento estructural que ha limitado su capacidad de expansión, a pesar de las ventajas comparativas del país. El stock bovino —verdadero capital productivo del sector— nunca logró regresar al nivel previo a la fuerte liquidación de vientres entre 2008 y 2010, cuando la intervención oficial sobre los mercados de exportación provocó un derrumbe de 10 millones de cabezas. Aunque las existencias se recuperaron parcialmente en años posteriores, en 2024 se mantuvieron aún muy por debajo de los 58,8 millones de 2007.

 

A esa herencia se suman otros condicionantes persistentes: restricciones a la exportación para contener precios internos, falta de crédito acorde con los ciclos biológicos de la producción, escasez de mano de obra rural, márgenes de rentabilidad menores que los agrícolas y un entorno macroeconómico volátil. Este combo desincentivó consistentemente la inversión y frenó la recomposición del rodeo.

 

Sin embargo, el presente muestra señales incipientes de cambio. El Gobierno ha adoptado un enfoque más promercado que contrasta con etapas anteriores. Destacan la eliminación de derechos de exportación para vacas destinadas al mercado externo, la reducción de alícuotas en otros subproductos, la simplificación de trámites para frigoríficos y un renovado impulso a la apertura de destinos. A ello se suma un contexto de precios internacionales firmes y una demanda doméstica que convalidó valores históricamente altos para la hacienda en pie durante 2025.

 

En el frente externo, las exportaciones de carne vacuna entre enero y septiembre totalizaron 572.000 toneladas por USD 2.826 millones: menos volumen pero mayor valor, impulsado por una mejora del 32% en precios promedio. China mantuvo su rol dominante con el 65% de los envíos. Pero el dato estratégico del año fue la decisión de Estados Unidos de cuadruplicar la cuota arancelaria preferencial para la carne argentina, de 20.000 a 80.000 toneladas. Este salto abre la posibilidad de reposicionar al país en un mercado de alto valor y avanzar en una diversificación largamente esperada.

 

En el plano doméstico, los precios de la hacienda —tanto para faena como para terneros— se ubicaron muy por encima de sus promedios históricos. Aunque estos valores deberían favorecer la retención de vientres, la faena de hembras aún no refleja un cambio de ciclo consolidado.

 

Las mejoras recientes, aunque alentadoras, no alcanzan por sí solas para revertir años de atraso. Para que la ganadería ingrese en una verdadera fase de expansión sostenida se requieren reglas de juego estables, eliminación permanente de derechos de exportación, crédito adecuado y soluciones al déficit laboral rural. Solo bajo esas condiciones la Argentina podrá capitalizar plenamente su potencial ganadero.

 

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