¿Qué significa ser liberal?: implicancias filosóficas

En los últimos tiempos, el liberalismo ha ido ganando popularidad a causa de varios factores. La expansión de los poderes del Estado con motivo del coronavirus y el establecimiento de la estricta cuarentena es, probablemente, el catalizador principal de este auge.

Las dudas acerca de la Constitución, del poder del Estado para sobrepasarla y reescribirla con sus acciones, llevando sus límites a nuevos lugares, dio pie al surgimiento de este nuevo movimiento. La dinámica de acción-reacción se vuelve a dar: cuando hay algo muy fuerte que busca imponerse, en este caso el Estado, su antagónica emerge a fuerza de presión, y esto pareciera ser el liberalismo.

Inspirados en una clase de Michael Sandel, brindada en su popular curso de Harvard, haremos un breve recorrido por las ideas centrales del liberalismo.

John Stuart Mill, uno de los filósofos más influyentes en el liberalismo clásico, cree que "los derechos individuales son intocables y dignos de el más sagrado respeto".

El liberalismo clásico sostiene que las libertades y derechos individuales importan no solo como instrumento para un propósito social más grande o para maximizar la utilidad, sino que ellos son valorados por ser simplemente seres individuales, convirtiéndolos en dignos de respeto. Esto implica que es un error pensar a la justicia o a la ley como una suma de preferencias y deseos según el voto de algunos.

El derecho individual fundamental es el derecho a ser libres. Por ser algo distinto de los demás, siendo individuales, la sociedad no puede usar a las personas para tal o cual fin precisamente porque somos otra cosa, diferente de ella. El liberal afirma, pues, que tenemos derecho a vivir nuestra vida como queramos, eligiendo libremente y respetando las libertades individuales de los demás.

Robert Nozick, quien supo ser filósofo y profesor de la Universidad de Harvard, Columbia, Oxford y Princeton, lo pone de esta manera:

"Los individuos tienen derechos, tan fuertes y de gran alcance son estos derechos, que plantean la cuestión de qué puede hacer el Estado, si es que puede hacer algo".

 

Considerando la situación actual de la mayoría de los Estados modernos, hay tres cosas que para un liberal son erróneas (siempre hablando en términos generales de este movimiento que, como toda corriente de pensamiento, tiene distintas "escuelas" o matices):

Legislación paternalista: hay leyes que, por más de que tengan la intención de cuidar al ciudadano, el Estado no tiene derecho a imponer medidas al respecto. Ejemplo claro: por más de que el Estado piense que el coronavirus es letal, no tiene derecho a encerrar a los ciudadanos a la fuerza, argumentan los liberales.

Legislación moral: muchas leyes tratan de promover ciertas conductas y valores morales. Para un liberal, eso también es coercitivo; leyes que, por ejemplo, prohíban las relaciones entre personas del mismo sexo atentan contra las libertades individuales, lo cual es inaceptable. La esfera privada de la persona no es un asunto público, por lo que no deberían existir leyes al respecto.

Redistribución de riquezas: quitarle a uno para darle a otro es directamente un robo. Más allá de los mínimos impuestos que se puedan aceptar para defender temas básicos como los derechos de propiedad o el ejército, por ejemplo, cualquier intento de tomar los bienes de uno para dárselos a otro es inadecuado.

El último punto es uno de los más polémicos. Para un liberal, si las bienes fueron adquiridos de forma justa, es decir, sin robarle nada a nadie, es erróneo arrebatárselos. A esto requisito se le debe sumar que estos bienes hayan sido adquiridos intercambiando libremente en el mercado, contando con la elección voluntaria de los individuos en comprar y vender estos bienes y servicios generados.

Según la revista Forbes, Bernard Arnault y su familia son los más ricos del planeta. La riqueza viene gracias a la empresa de moda Louis Vuitton Moet Hennessy (LVMH), líder mundial en la venta de estos artículos de lujo. El patrimonio neto de Arnault asciende a 186.200 millones de dólares.

Para un liberal, quitarle algo de ese dinero (suponiendo que lo haya ganado de manera justa), que Bernard apenas notaría su ausencia, sería erróneo y coercitivo. No es suficiente argumento que esa plata vaya destinada a mejorar la calidad de vida de cientos que lo necesitan, porque lo que importa no es, como dijimos anteriormente, la suma de deseos o necesidades de la sociedad, sino que, para el liberalismo, lo primordial son los derechos individuales.

El Estado, afirman, por ganar algo de dinero para redistribuir, desincentivaría así el esfuerzo por generar riquezas de los individuos y terminaría perjudicándose en el largo plazo, al no promover la producción de bienes y su posterior intercambio para beneficio de la sociedad.

Impuestos

Nozick da un paso más y explaya porqué los impuestos son un robo, como reza el famoso slogan "Taxation is theft". Si el Estado tiene permitido quitarme las ganancias, que son el fruto de mi esfuerzo y trabajo, eso quiere decir que mi trabajo es trabajo forzoso (forced labor). El Estado es dueño de un porcentaje de mi trabajo, ya que me lo saca de las manos a su gusto.

Al sacarme lo que he ganado justamente y ser dueño de mi tiempo, esfuerzo y trabajo, puedo ser llamado esclavo del Estado. Si no tengo el poder sobre mi propio trabajo, sino que el Estado lo tiene, entonces el Estado es mi dueño. Esto es equivalente a ser un esclavo, afirma Nozick. Si no me tengo a mí mismo, sino que el Estado me tiene en parte, eso es sinónimo de esclavitud.

Esto nos lleva al principio fundamental del liberalismo, según Sandel, que es: la auto-posesión, "yo me poseo a mí mismo". Si se quieren tomar los derechos en serio, debemos respetar el concepto de que somos los dueños de nuestra propia persona.

Con este artículo, esperamos haber brindado una mirada integral sobre el liberalismo, que favorezca el diálogo y la introspección. De más está aclarar que las ideas aquí expuestas pretenden ser tan solo un breve y parcial resumen de la extendida doctrina.