¿Los gatos son más emocionales de lo que se cree? qué dicen los expertos
Estudios recientes desmienten la idea de que los gatos son indiferentes. Expertos aseguran que estos felinos forman vínculos emocionales y sufren por la separación, resaltando la importancia de su bienestar emocional y social.
Por redacción
Los gatos a menudo son considerados como criaturas distantes e indiferentes frente a los seres humanos. Sin embargo, investigaciones recientes desmienten esta percepción, revelando que estos felinos son más emocionales y desarrollan vínculos afectivos más profundos de lo que se pensaba. La veterinaria Marlys Castro resalta que "existe una relación directa entre varias enfermedades felinas y sus emociones", lo que demuestra que el bienestar emocional de los gatos es crucial para su salud física.
Contrario a la creencia popular de que los gatos no extrañan a sus dueños, estudios indican que sí pueden experimentar nostalgia. Esto se debe a que su musculatura facial no les permite expresar sus sentimientos de manera tan evidente como lo hacen los perros. Castro señala que “cuando los gatos son sometidos a situaciones de estrés, pueden llegar a enfermarse incluso de gravedad”, evidenciando la importancia de cuidar su entorno emocional.
La doctora Paula Calvo, experta en las relaciones entre humanos y animales, también enfatiza que "los gatos establecen vínculos con los humanos y tienen un tipo de apego parecido al de un bebé de dos o tres años con la madre". Es interesante notar que estos animales pueden desarrollar ansiedad por separación, llegando al punto de sufrir cuando sus dueños se ausentan, como durante unas vacaciones.
Mitos y realidades sobre los gatos
Además, otro mito sobre los gatos es que no necesitan un nombre. La realidad es que pueden reconocer y responder a su nombre, especialmente en hogares donde existen varios felinos. Calvo aclara: "Que no sean tan mimosos no quiere decir que no nos quieran", reafirmando el valor del vínculo entre gatos y humanos.
Los gatos también son considerados seres extremadamente limpios. Luis Pasteur hizo hincapié en la limpieza de estos animales, que dedican gran parte de su día a cuidar su pelaje. Según Calvo, "bañar un gato adulto que nunca antes se ha bañado no es necesario", ya que representa un alto nivel de estrés. El baño es solo recomendado en situaciones excepcionales, como si se ensucian con sustancias o contraen pulgas.
Finalmente, la idea de que los gatos no requieren atención es errónea. Calvo sostiene que “incluso me atrevería a decir que es más difícil hacer feliz a un gato que a un perro”, dado que frecuentemente no salen de casa y requieren cuidados y compañía para mantenerse felices y saludables.
