Un multimillonario estadounidense es el principal interesado en comprar TikTok

El empresario estadounidense Frank McCourt, conocido por haber sido dueño de los Dodgers, está tanteando asociarse con otros compradores para quedarse con las operaciones de TikTok en Estados Unidos. Eso sí, aclaró que la condición es mantener el control del negocio. Lo contó en el Foro Económico Mundial de Davos. Dijo que varios fondos privados y familias con plata ya se le acercaron para ofrecerle opciones. 

“La plata no es el problema”, dijo McCourt, dando a entender que el tema pasa más por esperar a que ByteDance (la dueña de TikTok) o el gobierno chino definan qué hacer con la app en EE.UU. Esto viene después de que Trump, en su momento, extendiera un plazo de 75 días para bloquear TikTok. Incluso, el mismo Trump sugirió que Estados Unidos debería quedarse con el 50% de cualquier acuerdo o que alguien como Elon Musk o Larry Ellison compre la app.

McCourt, a través de su iniciativa **Project Liberty**, ya presentó una oferta para comprar la parte americana de TikTok. Su plan es usar tecnología propia que permita a los usuarios tener más control sobre sus datos. Eso sí, TikTok no se quedó quieto y metió una demanda para frenar la prohibición, pero la Corte Suprema ya le dio luz verde al Gobierno.

La posibilidad de quedarse con TikTok, o al menos con sus usuarios en EE.UU., despertó el interés de varios peces gordos del mundo de las finanzas, tecnología y entretenimiento. Desde el CEO de Kingdom Holding (que antes puso plata en Twitter) hasta Jimmy Donaldson, más conocido como "MrBeast", están rondando el asunto. Pero nadie sabe bien qué incluye la compra ni cómo piensan financiar un negocio que podría costar hasta 20.000 millones de dólares, especialmente porque no incluye el famoso algoritmo de TikTok, el corazón de su éxito.

McCourt, que confesó que nunca usó TikTok, ve lo más valioso en los datos, la marca y los 170 millones de usuarios de su país. Su idea es migrar a esos usuarios a su plataforma Project Liberty, con infraestructura digital hecha en EE.UU., algo que podría tardar un año si todo sale bien.

Al cierre, McCourt dejó en claro que no busca sólo al que más plata ponga sobre la mesa, sino al que cumpla con los requisitos legales y técnicos para que el Congreso y la Corte Suprema queden contentos. “Esto no es sólo dinero, es quién puede cumplir con las reglas”, remató.