Reforma fiscal de Milei: plan para reducir impuestos y reestructurar economía

El gobierno de Javier Milei intensifica sus esfuerzos para reestructurar el sistema impositivo argentino. Según fuentes oficiales, la administración busca concentrar la recaudación en el Impuesto a las Ganancias y el IVA, mientras que se propone eliminar aquellos tributos que considera poco eficientes para la economía. Esta estrategia se discutió en el discurso del presidente a un año de su gestión.

En este sentido, los primeros impuestos en la mira para ser suprimidos son el Impuesto PAIS, que finalizará el 31 de diciembre, y las retenciones a exportaciones agropecuarias, confirmadas por Milei durante su reciente visita a la Rural. Además, se planifica eliminar impuestos vinculados a los débitos y créditos de transacciones bancarias, como parte de esta reconfiguración fiscal.

Milei ha expresado su deseo de eliminar hasta el 90% de los impuestos, pero su enfoque se centra en consolidar la recaudación tributaria a través de un número reducido de impuestos que realmente generen ingresos significativos. Esta eliminación no solo se limitará a los tributos, ya que el gobierno también se comprometió a reducir diferentes tasas burocráticas y municipales, promoviendo un pacto fiscal donde las provincias deban alinearse con estas reformas.

Asimismo, el ministro de Economía, Luis Caputo, colabora con el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en el desarrollo de estas reformas. En este contexto, la Casa Rosada se prepara para discutir el nuevo pacto de coparticipación en el Consejo de Mayo con los gobernadores.

Sturzenegger subrayó que el objetivo de reducir impuestos no se traduce, por ahora, en una disminución del IVA o el Impuesto a las Ganancias. La estrategia del gobierno es recortar los tributos de menor recaudación y mantener solo aquellos que cumplen con el fin de generar ingresos significativos.

En un contexto más amplio, durante su primer año, el gobierno de Milei logró un ajuste del 30% en el gasto público, y se prevé que en 2025 el mandatario elija no enviar un presupuesto, eligiendo utilizar el presentado el 15 de septiembre por falta de consenso político. Las acciones proyectadas continúan apuntando a una reforma fiscal que impactará en la forma en la que se sostiene económicamente el país. Algunos ven en esta reestructuración una oportunidad para estimular la inversión y el consumo, mientras que otros advierten sobre el riesgo de desfinanciar servicios esenciales.