El riesgo país perfora mínimos de siete años llegando cerca de los 550 puntos

La mejora de los bonos y las señales del Banco Central empujaron a la baja el costo de financiamiento argentino, que volvió a niveles que no se veían desde 2018.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 0 horas

El riesgo país volvió a ceder este miércoles y marcó su nivel más bajo en más de siete años. El indicador que mide el costo de endeudarse para la Argentina se acercó a la zona de los 550 puntos, impulsado por la reacción positiva de los bonos luego de los anuncios del Banco Central y el nuevo esquema de flotación del dólar.

 

La baja no solo perforó el mínimo que se había registrado a comienzos de este año, sino que confirmó un cambio de clima financiero. Tras las elecciones de medio término, el riesgo país había caído con fuerza hasta rondar los 650 puntos y se mantuvo en ese rango mientras el mercado esperaba definiciones más claras sobre reservas y política cambiaria.

 

La expectativa es que, con la flotación recalibrada, el Banco Central tenga margen para sumar divisas durante 2026 y evitar que el tipo de cambio quede atrasado en términos reales. Ese combo mejoró la percepción sobre la deuda y le dio aire a los precios de los bonos, aunque este miércoles se vio una leve toma de ganancias en algunos papeles.

En el frente bursátil, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street mostraron mayoría de subas, mientras que en la plaza local el Merval se movió con leves bajas. El mercado cambiario, en tanto, se mantuvo estable: el dólar para el público siguió en torno a los $1.480 y el mayorista alternó pequeñas variaciones, sin sobresaltos.

 

Otro dato que acompañó el buen momento fue el abaratamiento de los seguros contra default, una referencia que el mercado sigue de cerca para medir el riesgo de incumplimiento. Las probabilidades implícitas de default se comprimieron a mínimos desde la última reestructuración de deuda, reforzando la lectura de que el escenario financiero luce menos tenso que meses atrás.

 

En síntesis, la combinación de señales monetarias más claras, expectativas de acumulación de reservas y un esquema cambiario más flexible empezó a reflejarse en los números. El desafío ahora será sostener ese clima y convertir la distensión financiera en una tendencia, sin que los vaivenes del dólar o de la inflación vuelvan a ponerle freno al optimismo.

 

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