El Gobierno pone la expectativa en el litio

El gobierno tiene a su cargo la recurrente y no fácil tarea de sostener la economía y abastecer la demanda de dólares, pero ello se torna aún más complejo si se considera que ambas tareas deben ser llevadas a cabo sin dilapidar la capacidad de auxilio del BCRA, y, además, el hecho de que la economía argentina se encuentra atravesada por una vorágine cíclica de demanda de dólares constante que protagonizan todos los actores de la sociedad, desde los ahorristas particulares y pymes, hasta el mismo Estado Nacional. 

En este contexto, y sin limitar la búsqueda de desembolsos del FMI y la ayuda económica de otros organismos internacionales, el gobierno ha puesto una parte de la expectativa en los ingresos que este año se puedan generar a través de la explotación, distribución, y, específicamente, exportación del litio y otros minerales e hidrocarburos. No sólo se trataría de una fuente de ingreso por derechos de exportación, sino también, traería aparejado, grandes cifras provenientes de las inversiones propias de la industrialización. 

El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, confirmó que se están llevando a cabo tratativas con gobernadores de otras facciones políticas, y con el propio gobierno nacional, a los fines de que la Mesa del Litio, integrada por algunas provincias y la nación, logre, en un breve período de tiempo, un proyecto de ley al Congreso Nacional, sobre industrialización del litio. El mandatario provincial fue claro cuando afirmó que: "Los recursos naturales pertenecen a las provincias. Estamos trabajando más allá de la coyuntura política y eso ha sido muy importante. Hay que empezar a trabajar en leyes bipartidistas como es el caso de la electromovilidad y la industrialización del litio". 

En este sentido, considerando lo generado por exportaciones e inversiones, el gobierno, a través del Ministerio de Economía, ha expresado que espera ingresos por U$S 6.000 millones, respecto a los minerales e hidrocarburos, con especial atención en lo que resulta inherente al litio. Es claro que los beneficios de estas operaciones no deben someter al olvido la imperiosa necesidad de Argentina, como nación, de promover la industria de los derivados del litio. No sería beneficioso en el largo plazo, por mucho mineral que se exporte y dólares que se obtenga, culminar el proceso importando baterías o autos eléctricos. Por el contrario, lo ideal seria que también se fabricasen en el país.