El consumo de carne cayó y presenta su nivel más bajo en 28 años

Actualmente, la carne en Argentina se exporta más que en años anteriores, destacándose mercados como Estados Unidos, Israel, Alemania y, en particular, China, que se posiciona como el principal comprador de carne vacuna del país. A pesar de que los niveles de producción se sostienen, hay una caída en la participación del consumo interno, mientras que las exportaciones aumentan.

Desde el sector económico aseguran que este escenario no solo se ve afectado por la menor demanda local, sino que también existe un atraso en los precios de la carne, lo cual podría traer consigo "malas noticias para los consumidores". Esto se debe a que "cuando se verifique una corrección del precio de la carne", no solo se acentuará la disminución del consumo, sino que el retraso en los precios también impactará a los compradores. Con la llegada de las fiestas, el economista Hugo Vásques advierte que, por lo general, "los precios de la carne corrigen al alza", lo que podría agravar aún más la situación para quienes dependen de este alimento en sus mesas.

Según algunas estadísticas, en los hogares argentinos optan por reducir el consumo de carne y buscar alternativas más económicas. Las organizaciones de consumidores ya alertan sobre un posible aumento en la demanda de productos sustitutos.

Las proyecciones indican que, si la tendencia continúa, el país podría enfrentar un cambio estructural en sus hábitos alimentarios, con un aumento en el consumo de proteínas vegetales. Expertos sugieren que esta transformación podría ser una oportunidad para diversificar la producción agrícola, pero también advierten sobre la necesidad de políticas que protejan a los consumidores más vulnerables.

En este contexto, el gobierno podría implementar medidas que estabilicen los precios y garanticen el acceso a la carne para la población. Las autoridades ya están considerando la posibilidad de instalar subsidios temporales y programas de asistencia alimentaria para mitigar el impacto en los sectores más afectados. Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá de la coordinación entre el gobierno y los productores, quienes también enfrentan sus propios desafíos económicos.