El campo se quejó por el fin de las retenciones cero, pero el Gobierno defendió la medida

La Sociedad Rural y la Federación Agraria criticaron que el beneficio durara solo unos días. Desde la Agencia de Recaudación aclararon que el esquema tenía un tope de USD 7.000 millones y cumplió su objetivo.

Por Eric Nesich

Periodista especializado en Economía y Finanzas

Hace 4 horas

La eliminación temporal de las retenciones al campo generó polémica y quejas entre las entidades agropecuarias. El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, lamentó que “muchos productores quedaron afuera” de la medida y confesó que el entusiasmo “duró poquito”.

 

El malestar se debe a que el beneficio se agotó en tiempo récord: en apenas 48 a 72 horas se cubrió el cupo de USD 7.000 millones fijado en el decreto 682/2025. Una vez alcanzado ese límite, volvieron a aplicarse los porcentajes previos a las exportaciones.

 

“Siempre supimos que se iba a cubrir, porque los productores íbamos a aprovechar la chance de vender. Lo que nos sorprendió fue la velocidad con que se alcanzó el tope”, señaló Pino en diálogo con radio Mitre. Y apuntó contra las cerealeras: “Queremos ver si el productor realmente pudo aprovechar este beneficio. ¿Cómo puede ser que la exportación haya emitido en tan poco tiempo tantas declaraciones juradas para semejante monto?”.

 

La respuesta oficial llegó de la mano de Juan Pazo, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), quien defendió la medida: “El decreto era clarísimo: se terminaba al 31 de octubre o al llegar a los 7.000 millones. Eso pasó. La norma cumplió su objetivo y cerró”.

 

El funcionario descartó favoritismos hacia las grandes cerealeras y explicó que “el principal afectado será el área política, que deberá ajustar esos recursos para no comprometer el equilibrio fiscal”. Según Pazo, los productores todavía tienen capacidad de negociar con los exportadores y aprovechar la nueva situación.

 

Desde la Federación Agraria también llegaron críticas. Su presidenta, Andrea Sarnari, sostuvo que el beneficio “no pasó ni cerca de la tranquera” de los pequeños y medianos productores. “La última cosecha fue en marzo-abril, y quienes tenían algún remanente tampoco pudieron en dos días encontrar mejores opciones”, planteó. Para la dirigente, la medida generó “imprevisibilidad” y no incentivó la producción.

 

Pese al enojo de las entidades, en el Gobierno marcan que la estrategia fue clara desde el arranque: generar un fuerte ingreso de divisas en un plazo acotado para reforzar las reservas del Banco Central y cumplir con los compromisos de corto plazo. Y el objetivo, remarcan, se alcanzó con creces.

 

En ese sentido, defienden que el esquema temporal sirvió para estabilizar el frente cambiario sin comprometer el equilibrio de las cuentas públicas. La lógica oficial es que un alivio indefinido en las retenciones hubiera desfinanciado al Estado y puesto en riesgo la hoja de ruta fiscal, algo que hoy es innegociable.

 

En definitiva, la medida cumplió su propósito: en pocos días entraron los dólares que el país necesitaba para dar aire a la economía. El desafío ahora es avanzar en un esquema más previsible y equilibrado, que combine sostenibilidad fiscal con incentivos claros a la producción, en línea con la estrategia de orden económico que impulsa el Gobierno.
 

 

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