Pizza de verduras: receta saludable y crujiente fácil de preparar

La pizza de verduras se presenta como una alternativa innovadora y saludable a un clásico culinario que ha conquistado paladares en todo el mundo. Esta preparación combina magistralmente una base de masa tradicional con una generosa capa de queso derretido, como la mozzarella, y una colorida variedad de vegetales frescos. Entre los ingredientes más destacados, figuran las espinacas, el brócoli, los pimientos, la cebolla y los champiñones, con la opción de añadir rúcula justo al momento de servir, para un toque de frescura adicional.

Uno de los aspectos fundamentales para garantizar el éxito de esta pizza radica en el punto de crocantez de la masa. Al utilizar verduras que poseen una considerable cantidad de agua, como las mencionadas anteriormente, existe el riesgo de que la pizza pierda su textura y se vuelva poco apetecible. Sin embargo, existen técnicas para evitar que esto suceda y conseguir una pizza con una consistencia ideal.

Para aquellos interesados en preparar esta deliciosa opción, los ingredientes son bastante accesibles. Para la salsa que acompaña a la pizza, se necesitarán 25 gramos de manteca, 25 gramos de harina y 300 cc de leche. En cuanto a la cobertura, se utilizarán 300 gramos de espinacas procesadas –que deben estar blanqueadas, escurridas y picadas–, así como 70 gramos de cebollas y 100 gramos de morrones en brunoise.

Además, se recomienda un toque de queso rallado, como provolone, parmesano o sardo, junto con sal, pimienta, nuez moscada y aceite de oliva al gusto.

Para la base de la pizza, que rinde para cuatro unidades, se requieren un kilogramo de harina 0000, 25 gramos de sal, 530 cc de agua, entre 5 y 10 gramos de levadura, 30 cc de aceite de oliva y 5 gramos de azúcar.

El procedimiento para la salsa consiste en fundir la manteca en una cacerola a fuego medio, añadiendo la harina poco a poco para formar una pasta homogénea. Con leche tibia, se debe revolver rápidamente para evitar grumos y sazonar con sal, cocinando durante unos minutos. Para la cobertura, las cebollas y los morrones deben ser rehogados antes de añadir las espinacas ya procesadas y condimentar al gusto.

El proceso de la masa es igualmente sencillo. Se inicia formando una corona con la harina, colocando en el centro el agua, la levadura y el azúcar, mientras que la sal se añade en el exterior de la corona. Una vez integrados los ingredientes, se incorpora el aceite de oliva para amasar hasta obtener un bollo homogéneo.

Es crucial dejar leudar la masa durante 40 minutos a una temperatura de 30 grados, cubriéndola adecuadamente. Tras desgasificar y estirar la masa, se cocina una prepizza en horno a 200° durante 12 a 15 minutos. Finalmente, se debe añadir la cobertura de espinaca, la salsa blanca y el queso rallado, llevando todo a gratinar en el horno a 240° antes de servir.

Esta receta no solo promete deleitar a quienes la prueben, sino que también se convierte en una excelente opción para aquellos que buscan incorporar más verduras en sus comidas sin renunciar al placer de una pizza bien hecha.