Por qué las acciones chinas siguen estando en riesgo
El contexto macroeconómico local e internacional no favorece a los activos chinos.
Por Gonzalo Andrés Castillo
Las acciones chinas siguen sin repuntar, y todo indica que aún falta mucho para que lo hagan. La desaceleración económica del país, la suba de tasas de interés y el retiro de estímulos monetarios son los principales factores que atentan contra el mercado.
Recientemente, los principales funcionarios chinos se comprometieron a combatir el coronavirus ferozmente, sin importar las consecuencias económicas y obviando las promesas anteriores de no hacerlo. Para los especialistas del sector, "la economía apenas se mencionó en la reunión".
En este marco, un equipo de estrategas de Bank of America detalló: "Seguimos siendo cautelosos con las acciones de China en base a nuestra opinión de que la priorización de los responsables políticos de la prosperidad común, los objetivos de rejuvenecimiento de la nación y ahora cero-Covid podrían obstaculizar la maximización de las ganancias y el desempeño del mercado de valores".
Además, el yuan sigue debilitándose frente al dólar estadounidense a un ritmo que no se veía desde hace años, lo que también podría acelerar la salida de capitales extranjeros del mercado chino.
Por otra parte, el reciente incremento de tasas de interés de 0,5% por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) que atrae al dinero ocioso y el retiro de estímulos que, indirectamente, llegan a los mercados de todo el mundo también serían parte de la ecuación que resulta en una baja de los activos chinos.
En concreto, el índice CSI 300 que engloba a las principales compañías cotizantes de China acumula una baja de más del 34% desde el máximo histórico de febrero de 2021 y del 20% en lo que va del año.
Debido a estas circunstancias, Morgan Stanley resaltó: "Sugerimos mantenerse a la defensiva ya que no hay un catalizador a corto plazo para un cambio de sentimiento sostenible en los mercados chinos".
De continuar por este camino, China podría no alcanzar su proyección de crecimiento económico del 5,5% y quedarse en cifras menores que ralentizarían su recorrido histórico de expansión.
