Dejarse ayudar, ¿una posibilidad para descubrir nuestros recursos y debilidades inconscientes?
En ese mundo inconsciente que todos tenemos hay un líder interior. Cómo reconocerlo.
Por Carlos Sosa
Consultor especialista en Liderazgo. Contador. Mg. Adm. Empresas.
En ese mundo inconsciente que todos tenemos hay un líder interior. A veces la vida te presenta la circunstancia para poder encontrarlo, descubrirlo, de conocer esos recursos que traías adormecidos y esas debilidades que formaban parte del viaje en el que vos venís emprendiendo con altibajos, subidas, caídas y nuevas levantadas.
Ahora bien, te quiero contar de aquellos recursos y debilidades inconscientes, los que podemos poner en color rojo, hablando análogamente de un semáforo de colores de nuestras habilidades de liderazgo.
Este color rojo representa lo que no sabemos que no sabemos, es la etapa de aprendizaje que denominamos desconocimiento inconsciente. Esta fase, tal vez, es la más complicada de todo el semáforo de colores del liderazgo. El rojo son los recursos inconscientes, el naranja son los recursos y debilidades que están en una etapa un tanto más avanzada, que tiene que ver con lo que ya está en el consciente; pero aún no te has comprometido con la acción. En algunas ocasiones se relaciona con tu zona de confort o procrastinación.
Y luego, sigue el amarillo, en un sendero ascendente donde ya los recursos y debilidades conscientes, son parte de tu proceso de trabajo. Y luego, el verde claro, son los amarillos que dejaste en el pasado, que trabajaste y los convertiste en una fortaleza consciente. Por último, el verde oscuro, cuando esa fortaleza está absolutamente consolidada.
¿Por qué decimos que el rojo es un estado de dificultad?
Porque son aquellas debilidades y recursos inconscientes, lo que no sabemos que no sabemos. Y esto significa que, para descubrirlo, necesitamos de una ayuda externa o una circunstancia justa, que la vida te presente.
Descubrir algo por vos mismo puede ser posible, pero sin lugar a dudas, tiene que ver con el descubrimiento de algo muy profundo, algo que hemos aprendido por imitación, una creencia arraigada intensamente que nosotros no sabemos que la tenemos.
En ocasiones, aparece una situación y alguien desde afuera nos señala algo que ha observado en nosotros. Se estima que hasta los 12 a 15 años aprendemos por imitación inconsciente. Existen muchos hábitos y creencias que tenemos incorporados automáticamente de nuestros padres y la vida en familia. Cuando alguien te ayuda a darte cuenta, te caen todas las fichas juntas y es el inicio de comenzar a entender por qué hacemos lo que hacemos y cuál es el origen de las acciones que efectuamos.
Comprendemos lo que significa el aprendizaje por imitación inconsciente que llevamos con nosotros. Así, nos pasan muchísimas cosas en la vida, donde repetimos impensadamente y no somos conscientes; por esto, quiero señalar la importancia de la ayuda externa ya sea de otra persona, tu terapeuta, un mentor, miembro de tu equipo o un amigo. De alguien, que te pueda observar, que constructivamente pueda descubrir esos rojos que tenemos, sea un recurso o una debilidad.
El liderazgo justamente tiene que ver con descubrirnos a nosotros mismos, tratar de estar en aprendizaje constante, explorar, aún cuando nos pueda dar temor o miedo al rechazo.
En estas situaciones de descubrimiento, tenés que ser muy valiente para hacer ese viaje introspectivo, porque tal vez descubrís cosas que no querés encontrarte; pero, ahí radica el potencial de ese líder interior, que tiene que ver con esos recursos ociosos que tenés, con debilidades ocultas que podés minimizar a partir de que una persona te lo facilite. ¿Qué quiero decir con esto? Que, para descubrir nuestro líder, tenemos que viajar hacia nuestro interior y dejarnos ayudar.
Aunque, igualmente, podés revelar mucho dolor, que tiene que ver con momentos duros que se viven en la vida, como una relación que se terminó, una pérdida, un cambio profundo repentino de escenario, una discusión inesperada con alguien, algo que te causa frustración como cara visible de la tristeza, por el dolor de lo vivido recientemente. En esos momentos que te pone la vida por delante, es probable, si querés seguir adelante, tenés la oportunidad de ser resiliente y encontrarte con recursos que nunca habías detectado.
Te invito a que le dediques tiempo a prestarle atención a la mochila que traes en tu viaje, observes, escuches tu cuerpo, hagas prácticas para conectar con vos mismo y ese líder interior que está ahí agazapado, esperando tu caricia.