Reservas del BCRA en rojo: Una encrucijada monetaria para evitar devaluar
Las reservas del Banco Central se encuentran en una situación delicada luego del último pago al FMI
Por Eric Nesich
En un nuevo escenario electoral, con candidatos que se presumen de centro-derecha y un país devastado por la inflación y devaluación constante de su moneda, el mercado enfrenta otro round electoral en una situación mucho más compleja que las de 2019 y 2021.
Las intrigas palaciegas suscitadas por la candidatura de Sergio Massa a la Presidencia (luego del fallido binomio De Pedro-Manzur) por parte del oficialismo han tenido su correlato en materia financiera. De cara al 13 de agosto, el gobierno de Alberto Fernández se ha propuesto una sola meta de poco más de 30 días: Evitar una nueva corrida contra el peso que podría ser fatal para las aspiraciones presidenciales del Ministro de Economía.
La situación macroeconómica no es la mejor y las reservas del BCRA lo saben. El pago efectuado la semana anterior al FMI por devolución de capital de 2700 millones de dólares fue efectuado en esa sintonía, la de no devaluar. Pero el impacto fue durísimo para las reservas internacionales y es solo cuestión de tiempo para que el mercado pase factura por ello.
Este oneroso pago fue realizado en DEGs y en yuanes, con 1600 millones del primero y 1100 millones en el segundo. ¿Cuál es la deducción que podemos sacar de este pago en otras especies?: El BCRA no tiene más dólares.
Las próximas semanas también suponen otro escollo para el oficialismo, dado que también tiene que pagar más deuda al FMI y a los tenedores de bonos con legislación nacional. El aviso de pago de los bonares y globales ya se hizo y representan 750 millones de dólares, en tanto que en concepto de otros pagos al fondo volverían a rondar los 2700 millones de dólares para fin de mes.
Como si fuera un videojuego con varios niveles que ante cada avance se dificultan cada vez más, el Gobierno nacional debe cerrar un acuerdo por la quinta revisión con el FMI. A eso apunta Massa por estas horas, haciendo equilibrio entre lo electoral y económico, una situación inédita en la que un funcionario negocia contrarreloj para tratar de darle aire a su candidatura presidencial en un escenario de tierra arrasada en el Banco Central de nuestro país.
