El sistema financiero se expande y empieza a evaluar el crédito con nuevos datos

Según el Informe de Inclusión Financiera 2025 del Banco Central de la República Argentina (BCRA), el país alcanzó los 51.760 puntos de acceso a servicios financieros, una cifra que confirma la expansión sostenida de canales presenciales y digitales en todo el territorio.

Por redacción

Hace 1 hora

Los reportes del BCRA muestran una alta actividad transaccional: cada vez más titulares de cuentas bancarias y de pago utilizan sus medios financieros de forma recurrente para pagar servicios, realizar transferencias o consumir con QR.

 

La digitalización dejó de ser una promesa para convertirse en parte de la operatoria diaria. En la última década, la bancarización digital avanzó más rápido que la banca tradicional. Millones de personas operan hoy de forma híbrida: combinan cuentas bancarias con billeteras virtuales, administran su consumo desde el celular y generan patrones de comportamiento económico que antes no quedaban registrados por el sistema financiero. Este escenario pone en tensión al modelo clásico de evaluación crediticia.

 

El enfoque tradicional —basado en recibos de sueldo, historial bancario y antigüedad— deja fuera a amplios sectores como jóvenes, trabajadores independientes, monotributistas, emprendedores o personas con ingresos variables. Sin embargo, la economía digital fue dejando otro tipo de huella: regularidad en el pago de servicios, comportamiento estable en billeteras virtuales, uso responsable de medios de pago y operaciones frecuentes en aplicaciones financieras.

 

En ese contexto comienzan a consolidarse nuevos modelos de evaluación crediticia basada en datos de comportamiento digital, que permiten analizar la solvencia a partir de señales de uso real de los servicios financieros. Este enfoque amplía el universo de personas evaluables sin depender exclusivamente de un historial crediticio tradicional, incorporando información que refleja cómo los usuarios organizan y administran su dinero en el día a día.

 

“En un país donde una parte importante de la población trabaja por cuenta propia o alterna entre ingresos formales e informales, evaluar el crédito a partir del comportamiento digital ofrece una fotografía más precisa que la que brindan únicamente los historiales tradicionales. Permite reconocer estabilidad, constancia y hábitos de pago incluso en perfiles sin trayectoria crediticia extensa”, explica Facundo Umansky, UX Leader en Flux IT.

La tendencia se articula con otro dato destacado del BCRA: el crecimiento sostenido del crédito a personas humanas, que continúa incorporando nuevos deudores año tras año. El dato confirma que existe demanda, capacidad de pago y margen para seguir ampliando el acceso al crédito sin comprometer la estabilidad del sistema.

 

El principal desafío pasa por la transparencia. A medida que se incorporan nuevas variables de análisis, las entidades deben explicar con claridad qué datos utilizan, cómo se procesan y cuáles son los criterios de aprobación o rechazo. La protección de la privacidad, la mitigación de sesgos y la comprensión del proceso por parte de los usuarios son claves para generar confianza. No se trata de reemplazar el modelo tradicional, sino de complementarlo con indicadores que reflejen el uso real de los servicios financieros.

 

“En la Argentina de 2025, el crédito empieza a evaluarse con otros ojos. Y ese cambio —impulsado por el análisis del comportamiento digital y el acceso creciente a los servicios financieros— redefine los criterios de inclusión y anticipa la evolución del sistema financiero local”, concluyen desde Flux IT.

 

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