¿Estados Unidos caerá en default? Estas serían las consecuencias | Dolarhoy.com
América|02 de diciembre de 2021

¿Estados Unidos caerá en default? Estas serían las consecuencias

Este 15 de diciembre es una fecha clave para el futuro de la economía estadounidense y los mercados en general.

Por redacción

 

Hace ya casi un mes, el presidente Joe Biden se mostró preocupado por las consecuencias que traería incumplir los pagos de la deuda estadounidense: "va a socavar la seguridad de los valores del Tesoro de Estados Unidos y amenazará el estado de reserva del dólar como la moneda del mundo, de la que el mundo depende. La calificación crediticia estadounidense será rebajada, las tasas de interés aumentarán para hipotecas, préstamos para automóviles, tarjetas de crédito y préstamos” sentenció el máximo mandatario del país. 

 

La secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, también advirtió hace 15 días sobre el peligro que puede significar para Estados Unidos incumplir el pago de la deuda del 15 de diciembre, aunque esa no es la única fecha límite.

 

Hoy, 3 de diciembre, vence la fecha para renovar parte del presupuesto del Gobierno y, según Investopedia, "si el Congreso no actúa, la resolución continua para mantener las luces encendidas y financiar el gobierno que se aprobó el 30 de septiembre de 2021, expirará y, con ella, la financiación de muchos programas y actividades del gobierno".

 

Este vencimiento parcial no preocupa a los mercados ni a economistas ya que, a estas alturas, se cree que habrá un proyecto de ley de presupuesto general hasta el final del año fiscal, por lo que no pareciera que la fecha límite del 3 de diciembre sea el último plazo de financiación al que se enfrente el Congreso en los próximos meses.

 

Poco después, específicamente el 15 de diciembre de 2021, el país podría alcanzar su techo de endeudamiento y dejar de poder pedir dinero prestado para pagar su deuda, lo que provocaría un impago y la caída en un default.

 

En esta ocasión, la historia trae tranquilidad ya que el gobierno de EE.UU. llegó reiteradas veces a estos precipicios donde el riesgo potencial era muy alto. Los economistas de Investopedia advierten que "sin dinero para pagar las facturas y con la imposibilidad de pedir préstamos para pagar la deuda, el resultado puede ser finalmente la quiebra".

 

Para evitarlo, el Congreso tiene que ponerse de acuerdo y llegar a una posición común acerca de cómo financiar el gobierno y cómo pedir prestado suficiente dinero para pagar las deudas. Según Investopedia, el Congreso tiene tres opciones: medidas extraordinarias, elevar el techo de la deuda, o suspender el techo de la deuda, aunque ,según Yellen, las medidas extraordinarias adicionales son poco confiables.

 

Esto dejaría a las otras dos opciones como medidas temporales hasta que se pueda encontrar una solución más adecuada a largo plazo. Dado la actual disputa y creciente "grieta" en el Congreso, la solución bipartidista parece difícil de alcanzar.

 

Concretamente, lo que ocurrirá si el Congreso deja de aumentar o suspende el límite de la deuda es que el Departamento del Tesoro ya no podrá pedir más plata prestada para pagar la deuda pendiente y, en última instancia, esto podría dar lugar a que Estados Unidos deje de pagar su deuda, lo que, según la mayoría de los expertos, supondría una crisis fiscal.

 

El hipotético incumplimiento de los Estados Unidos es más grave que cuando los demás países incumplen con sus deudas, ya que lo de estos últimos tiene poco impacto en la economía global, pero cuando se trata de Estados Unidos, quien nunca ha dejado de pagar su deuda, la situación cambia ya que las implicancias podrían generar problemas en la economía mundial.

 

La explicación de esto radica principalmente en que gobiernos, instituciones financieras e inversores extranjeros poseen billones de dólares en deuda estadounidense emitida a través de bonos del Tesoro que podrían ser irredimibles si Estados Unidos no puede pagar sus facturas y entra en default, razón por la cual muchos economistas advierten que el desastre financiero resultante podría convulsionar los mercados financieros mundiales y probablemente provocar una recesión interna