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Ahorro|02 de marzo de 2021

PYME: Publicitar en redes sociales

Por Rodrigo Constantin | Lic. en Marketing y Comercialización.

 

Estoy seguro de que todos los que han configurado un perfil de empresa han recibido recomendaciones por parte de su red social para promocionar sus publicaciones. Es este su negocio y el motivo por el cual son gratuitas. Aunque no lo sean justamente, es decir, a las personas físicas se les “cobra” al firmar los términos y condiciones cuando aceptan pertenecer a la Big Data de la red.

 

Este recurso, estos datos brindados a la red social son un servicio que luego nuestra red va a ofrecer a la empresas para promocionar sus productos de manera más asertiva y por lo que se les cobra efectivamente al publicitar a las personas jurídicas o emprendedores que deseen hacerlo por este medio.

 

Hasta aquí, pareciera ser lo que en Argentina llamamos un “negocio redondo” pero…¿Para quién?

 

Retomemos esta recomendación brindada por nuestra red donde se nos invita a promocionar una publicación de manera predeterminada. Esta recomendación traerá consigo una recomendación de público objetivo, zona geográfica, días y horarios para publicitar.

 

Los que se conoce como segmentación es lo que, al fin y al cabo, va a definir el éxito o no de nuestra campaña y lo que va a demostrar cuánto sabemos de nuestro público objetivo.

 

De seguir con la recomendación predeterminada el negocio lo estaría haciendo la red con nosotros, por lo que no es recomendable utilizarla.

 

Para poder poner este negocio de nuestro lado debemos tomar el control y preguntarnos en primera instancia: quién es nuestro cliente, donde vive, cuáles son sus preferencias y cómo se comunican.

 

De esto de se trata la segmentación, de identificar y colocar en subgrupos a los consumidores que componen un grupo heterogéneo entre sí pero que a su vez, cuentan con un conjunto de características y preferencias que los asemeja, para conformar subgrupos de consumidores homogéneos. De esta manera podremos configurar nuestra estrategia para atender a la necesidad de cada subgrupo por separado si es que así se requiere para alcanzar una mayor eficacia.

 

Ahora que entendemos de que se trata, vamos a configurar nuestra campaña de manera manual con la herramienta de segmentación de la red en la que deseemos publicitar considerando:

 

Zona geográfica: Se trata de definir el alcance de nuestros productos. De nada sirve acatar zonas a donde no llegue nuestra distribución, esto agrandaría nuestro presupuesto de una manera innecesaria. Mientras más certeros seamos en la definición de nuestro alcance, mayor va a ser la posibilidad de dar con los clientes correctos y no recibir pedidos de lugares a donde nos es difícil o muy caro llegar.

 

Demografía: Aplicar las barreras correctas de edad y sexo que se ajusten a nuestro producto va a resumir nuestro público objetivo. Así vamos a lograr achicar nuestro rango y acercarnos a las personas correctas. Por ejemplo, si somos emprendedores y lanzamos una marca de remeras personalizadas con diseños esotéricos, de nada sirve ofrecerlos a personas de +60 años, al menos que nuestra intención sea esta las regale pero eso ya dependería de una estrategia más específica. Lo ideal en estos casos sería ofrecerla a un público más joven y osado, del rango de entre los +16 hasta los 40 años aproximadamente. El poder de compra en el ejemplo anterior en el que mencionamos a personas de +16 años que quizás no tengan un ingreso propio y si esto indica que no cuentan con el poder de compra necesario, podríamos quitarlos de nuestro rango e ir en búsqueda de personas que se encuentren en un ciclo de vida más avanzado.

 

Psicográfia: Puede que nuestro subgrupo encuentre, por ejemplo, mujeres de entre 18 y 45 años que residan en la localidad de Ayacucho, provincia de Buenos Aires. Que estas personas puedan englobarse demográfica y geográficamente con facilidad no significa que puedan atenderse la misma manera. Porque este grupo que en primera instancia pareciera ser mas bien homogéneo, puede tener características psicográficas totalmente diferentes. Se trata de analizar profundamente el estilo de vida, la clase social y personalidad de las personas que lo componen. Es una de las herramientas que presenta más dificultades de aplicar a la hora de plantear nuestra estrategia y es un elemento que demarca realmente cuanto sabemos de nuestro cliente. Identificar cuáles son sus conductas, cuál es el beneficio que buscan, en qué ocasiones, días, o momentos del día podrían adquirir nuestros productos.

 

De esto se trata, de achicar el espectro de consumidores planteado por esta segmentación predeterminada para dar contacto con el grupo de consumidores adecuados, los que realmente podrían sentir un interés por nuestro producto y lo que va a justificar nuestra inversión en publicidad con la llegada de una mayor cantidad de conversiones.