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Invertí como la gente de campo

Argentina es un país famoso por su sector agrícola, que ha dado grandes frutos al país gracias al esfuerzo de la gente que trabaja en ellos. El campo requiere tenacidad y disciplina, estar dispuesto a esperar y a seguir trabajando bajo el sol o la lluvia. Hoy te quiero contar qué podemos aprender de la gente de campo para aplicarlo en nuestras inversiones.

Por Matías Daghero

Agente Asesor Global de Inversión, Presidente de @closingbelladv

 

Hay temporadas buenas y malas, seguí sembrando

Algo que tiene muy claro la gente de campo es entender que el clima a veces ayuda y veces no. No hay nada que puedan hacer para cambiar eso, salvo preparar los cultivos y seguir esperando. Si hay una época mala, no piensan que sea el fin del campo y que tienen que salir corriendo a venderlo. Saben que es algo pasajero y que tarde o temprano se va a revertir.

 

Bueno, en las inversiones pasa lo mismo. Siempre va a haber “temporadas malas” que van a tener a los gurús del apocalipsis diciéndote que salgas a vender todo, que se termina el mundo y compres las suscripciones que ellos te venden para explicarte por qué no tenés que invertir en este momento. Pero un hombre de campo te diría que el potencial sigue estando ahí, que sólo hay que esperar.

 

En el siguiente gráfico compartido por Brian Feroldi te muestra todas las razones que aparecieron para vender entre 2009 y 2019:
 

 

 

Ahí vas a ver desastres naturales, eventos políticos (como la elección que ganó Trump) y guerras comerciales. En todos esos casos el mercado sufrió un golpe en el corto plazo, generando miedo en los inversores. 

 

Pero, si ves desde 2009 a 2019, el mercado estadounidense subió un impresionante 495% en dólares. Ahí es donde paga escuchar a la gente de campo.

 

Elegí el mejor cultivo para cada suelo

Algo que es muy claro en el campo es que el cultivo tiene que adaptarse a las condiciones del suelo. No vas a sembrar bananas en la Patagonia y enojarte porque no prosperaron. 

 

En las inversiones pasa algo parecido. La cartera se tiene que adaptar a cada inversor, no sirve invertir en cualquier instrumento y sorprenderte cuando los resultados no son los esperados. 

 

El mercado tiene opciones para todos los gustos y capitales. La preparación del suelo inicial sería constituir tu fondo de emergencia. Esta una protección para poder empezar a invertir, un capital que tenés invertido en instrumentos estables por si te surge algún imprevisto, como perder tu trabajo o tener que pagar el arreglo del auto. No te vas a largar a sembrar sin tener el suelo listo.

 

Luego de hacer este colchón inicial, podrías ir a cultivos que requieran un plazo mayor, mínimo un año (pensemos en la soja), ya usando activos con mayor potencial para tu cartera. 

 

Ya para inversores a largo plazo, hay plantas que requieren más tiempo para madurar en el mercado. Pensá en cultivos como el nogal que demoran entre 4 y 8 años en dar nueces, pero luego pueden llegar a vivir más de 200 años.

 

Esa sería una cartera que llamamos de retorno total, para gente que quiera una mayor capitalización pensando en su futura jubilación. Por supuesto que nunca tenés que realizar una inversión sin contar con conocimientos ni asesorarte adecuadamente. 

 

Dales tiempo a las plantas de crecer

La gente de campo no culpa al cultivo por no crecer lo bastante rápido.  Entienden que hay ciclos por los que tienen que pasar y que todo lo que vale la pena lleva tiempo. No es que al día siguiente de haber sembrado si no se ve nada se frustran y tiran las semillas a la basura, pensando que no sirven. 
Del mismo modo, a las inversiones en el mercado tenés que darles tiempo a crecer. En un error muy común en los inversores comprar una acción y al día siguiente si baja desalentarse y pensar en venderla. 

 

Pensá que una empresa como Coca Cola lleva 131 años produciendo sus famosas bebidas. Por eso siempre que inviertas tenés que considerar el tiempo que lleva generar un buen negocio. 

 

Si una persona tuviera USD 10.000 y los invirtiera obteniendo un 9% anual (en línea con la tasa promedio del mercado americano), al final del primer año tendría USD 10.900.

 

No parece tanto, pero ¿Qué pasaría si lo dejara invertido por 20 años? Con esos mismos USD 10.000 en 20 años al 9% anual, llegaría a tener USD 56.044, quintuplicando la inversión inicial. Y eso sin ni siquiera hacer aportes adicionales.

 

Si esa misma persona sumara USD 100 mensuales a esa inversión, ahorraría USD 24.000 en esos 20 años. Pero en capital final el impacto sería mucho mayor, logrando llegar a USD 117.436, más que el doble que el caso inicial.

 

Una pequeña semilla puede dar frutos enormes y eso es algo que el campo entiende muy bien. Vos también podés aplicar esas lecciones para tus finanzas y buscar invertir de la mano de un especialista para que tus inversiones crezcan a lo largo de los años.